El pasado sábado 8 de diciembre se celebró una nueva versión del "Festival de la Morilla" en la pequeña localidad de Villa Ortega a 30 kilómetros al noreste de la capital regional. Quienes asistimos pudimos ser testigos de una diversidad de actividades tanto artísticas, científicas como culinarias. Nuestra Casa de Estudios participó exponiendo los resultados del proyecto HONGUSTO y cómo se postula a futuro. Lo interesante para destacar de esta festividad es, en primer lugar la significancia de la recolección de la especie Morchella sp., en segundo lugar el trabajo mancomunado en el proceso de organización de ésta actividad y en tercer lugar la autogestión de los recursos necesarios para su ejecución. Es así que da como resultado el festival como concepto de identidad.
La recolección de este hongo silvestre comestible comienza hace unos veinte años atrás aproximadamente gracias a las relaciones comerciales establecidas por la Envasadora Mañihuales hacia el exterior, lo que hace necesario contar con mano de obra especializada en temas de recolección de hongos. Son principalmente mujeres de sectores rurales las que pueden suplir esta demanda, por lo cual el oficio de recolección es actualmente protagonizado por mujeres (no exclusivamente). La Morilla entonces contiene en si un gran valor de mercado y una gran significancia para la economía de las familias de Aysén, contexto en el cuál comienza a tener otros valores, que van relacionados con la mantención y cuidado de la especie (recurso) por sí misma, valor ecológico y además se desarrollan una seria de relaciones humanas que dan pié a un creciente valor simbólico (cultural).
Trabajo asociativo: La recolección de este hongos se hace en grupo, ya sea desde el núcleo familiar como con socias de alguna agrupación o amigas, es de carácter horizontal y es transmitido desde quienes tienen mayor experiencia en la actividad hacia quienes recién experimentan en este oficios. EL Festival de la Morilla, paradójicamente tiene una organización similar, es de carácter horizontal, en el cual cada individuo tiene una responsabilidad en particular y es guiado por quienes tienen mayor experiencia en el desarrollo de una actividad en concreto.
Autogestión: en disonancia con los empleos asalariados, las recolectoras deben por sus propios medios económicos llevar acabo esta actividad, es así que muchas de las veces se comparte una colación, deben organizarse en un automóvil o hacer dedo para poder acceder a los lugares donde se desarrolla la recolección. El festival ha realizado cuatro versiones, tres de estas de manera auto-gestionada, reuniendo el apoyo de diversas organizaciones y personas naturales que creen en el valor de este tipo de actividades.
Es así como se puede resumir el oficio de recolección de morilla silvestres en Aysén, pero que hay del festival?...
Pues bien no es extraño identificar ciertas similitudes entre el desarrollo de la actividad de recolección de morilla con el desarrollo del Festival de la Morilla, principalmente en sus componentes simbólicos, organizativos y prácticos. Esto puede ser porque es la misma comunidad quien, de manera empoderada, da vida al festival. Es entonces que tenemos un procesos de reflexión de una acción social (recolección) a un hecho social (festival) compartiendo dialécticamente mismos valores simbólicos.
Finalmente y como dato a la causa, en un documento generado por el entonces Consejo de la Cultura y las Artes (2014) "El arca del gusto" se proponen las especies (productos) con mayor valor patrimonial (simbólico) para el país. Una de las variables que se aborda es "vínculo con festividad", por lo cual podríamos concluir que "El Festival de la Morilla" es un eje fundamental en el proceso de determinación del valor patrimonial del oficio de recolección de hongos silvestres comestibles en la región de Aysén y su aporte a la consolidación del patrimonio alimentario.