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¿Qué pasa con los hongos?
26/04/2019
 Dra. Laura Sánchez Jardón, Proyectos SIB-Aysén y Hongusto. Centro Universitario Coyhaique, Universidad de Magallanes.

Últimamente en Aysén pasa mucho con los hongos pero... ¿qué son? ¿Qué comen? ¿Por qué aparecen en unos lugares en determinados momentos y en otros no, o sólo a veces? Hay algunas cosas que deberíamos saber para comprender mejor a los hongos. La palabra hongo viene del latín "fungus" (seta) donde la f inicial se convirtió en h, y la u en o; palabras como fungicida proceden de esta raíz latina. Los hongos son organismos… fantásticos. No son plantas ni animales si no que, dentro del mismo Dominio Eukaryota, forman el reino Fungi. Su cuerpo está formado por filamentos de células denominados "hifas", que forman una red denominada "micelio". No se mueven ni forman verdaderos órganos, salvo para la reproducción sexual cuando forman estructuras reproductivas, en ocasiones macroscópicas (se ven a simple vista). Crecen mediante el crecimiento vegetativo del micelio o mediante complejos ciclos biológicos que involucran la reproducción sexual y esporas. Las esporas fúngicas son muy resistentes a las condiciones ambientales, lo que explica la complejidad de las enfermedades infecciosas causadas por hongos (micosis).

Los hongos forman parte integral de todos los sistemas biológicos que podamos imaginar. Desde nuestro refrigerador o los muros de nuestras casas, dentro nuestro propio cuerpo (pies, pulmones, cerebro), hasta el bosque prístino o las praderas ganaderas. Su alimentación es siempre de tipo heterótrofa, es decir, a base de materia orgánica ya que no pueden fabricarla como lo hacen los autótrofos (por ejemplo las plantas que fabrican su alimento a partir de CO2 y agua mediante la fotosíntesis, o algunas bacterias a partir de materia inorgánica mediante variados ciclos bioquímicos). ¿De dónde obtienen ese alimento? Se habla de tres tipos de alimentación en los hongos: saprofítica cuando los nutrientes proceden de materia orgánica en descomposición, simbiótica o parasítica cuando son fabricados por otro organismo al que producen beneficios o perjuicios más o menos graves, respectivamente. Es por ello que los encontramos creciendo en el suelo o sobre madera muerta (saprófitos o simbióticos) o sobre árboles (saprófitos o parásitos).

Su diversidad es inmensa y en gran media, desconocida. Se piensa que existen entre 3 y 5 millones de especies de hongos distintas, de las cuales se conocen tan solo unas 450.000 en todo el mundo. ¿Son los mismos, en todas partes, todo el tiempo? Donde se encuentren, es porque su micelio o esporas encontraron condiciones óptimas para crecer. Esto está relacionado con el clima, pero sobre todo con las condiciones microambientales; lo llamamos "tipo de sustrato". Y es que, como nosotros, cada uno tiene sus preferencias: algunos son generalistas y otros más especialistas, discriminando entre coníferas o de frondosas; incluso algunos están especializados en la madera o suelo de alguna especie de árbol, como el ñire (Nothogafus antactica) o el coihue (N. dombeyi). Entonces, la asociación con el tipo de bosque es general, una mera posibilidad, ya que al final depende del sustrato, del "micrositio", las "microcondiciones" físicas de temperatura, humedad o nutrientes, y biológicas por la presencia de otros componentes dentro de un mismo ecosistema.

Estudiar los hongos permite entender variados procesos bioquímicos, fisiológicos y ecológicos. Esto es lo más fascinante ya que este conocimiento, eventualmente, conduce a la comprensión de la biología, la naturaleza que sostiene nuestra existencia y, en general, la vida sobre la tierra.